Educación, acción y decisión, en ese orden.

Dirigir una empresa social no es una tarea fácil, ni mucho menos rápida. Ante la actualidad que atraviesa el país, la salud mental cada día presenta retos más grandes y complejos. En este breve artículo de opinión, me gustaría exponer cuáles considero que han sido los retos más evidentes a solucionar con respecto a la salud mental en Ecuador.

La educación, lo primero. ¿Cuántas veces habremos oído en los colegios sobre la importancia de la salud mental? ¿Inteligencia emocional? ¿Trastornos mentales? Si tu respuesta es: “En mi colegio sí me enseñaron sobre eso”, ¡felicidades, eso es una gran noticia! Sin embargo, si, en cambio, jamás has escuchado hablar de esto en una clase de tu colegio, bienvenido al club. La educación precede a la desestigmatización y este problema es una necesidad urgente. Las chicas y chicos deben aprender que su salud mental es un pilar fundamental de su vida y ¡qué ir al psicólogo está bien!

Si no llenamos esos vacíos, seguiremos el ciclo vicioso de nuestra cultura: nazco, crezco, mis padres creen que el psicólogo no sirve, no voy al psicólogo porque “no sirve”, les digo a mis hijos que el psicólogo no sirve y muero.

Segundo, lo más evidente: la inacción. Desde el gobierno ecuatoriano y en mis 22 años de vida, jamás ha habido una respuesta clara sobre acciones a tomar frente a servicios públicos que trabajen por la salud mental de la población. En pleno año 2022 y después de haber atravesado una pandemia, que nos dejó más problemas mentales que respiratorios, la atención profesional pública sigue siendo deficiente. ¿Cómo pueden atreverse a agendar una cita psicológica en un lapso de 2 meses?

(Experiencia propia) ¿Acaso es justo que una persona tenga que vivir con depresión por dos meses antes de poder acudir a un centro de atención profesional? ¿Qué pasa con los casos más graves? ¿Existen líneas de ayuda 24H? ¿Si es así, porqué no todo el mundo las conoce?

La inacción de las autoridades nos deja este tipo de inquietudes, sin respuestas: servicios inaccesibles, con períodos de espera demasiado extensos, líneas de emergencia ignotas, desconocimiento de las necesidades de la sociedad en general, etc.

Por último y no menos importante: la decisión. Siempre he creído que la decisión es el paso final, fundamental e imprescindible. Si tu has recibido la educación necesario y ya sabes que #LaSaludMentalSíImporta y al mismo tiempo cuentas con las herramientas para acceder a servicios psicológicos profesionales, como Kumpana, solo te hace falta una última cosa que no depende de nadie más que no seas tú: decisión. Al final del camino, cada persona tiene la potestad de decidir qué hacer con su vida. Y tú puedes decidir cambiarla, si vas a terapia.

Y para eso Kumpana existe. Pretendemos y buscamos llenar los vacíos que nos deja la actualidad: la educación y la acción. La decisión no, ese trabajo te toca a ti.

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Sebastian Velasco

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